Lo inconciente
posta, lo que es realmente inconciente,
eso al otro lado, más allá de la conciencia, del conocimiento, del claro ante
los ojos y los sonidos, los olores coordinados; eso mismo, eso que te digo, es
el futuro y el pasado que te condujo al mismo, el futuro que ya fue, porque
vino así… eso es algo también, es alguien, con quien conversar y modificarlo si
se puede, si no se puede no se puede, si la fuerza de la fuerza,
autosignificante, es demasiado grande y no se puede ejercer fuerza propia para
contra restarla, entonces nada, habrá que hacerle caso porque ahí es donde
estamos vencides.
.... . . . . . . ...
..... . .
..
Aprendimos entonces
a hablar, a ignorar el lenguaje con que nos quisieron hacer hablar, porque nos
teníamos entre nosotres, vos yo elles, aprendimos a decir las cosas de otra
manera y eran las mismas cosas, pero hechas de otras cosas. Otras mezclas.
Lo inconciente
posta todavía no sabemos bien lo que es.
Lo tenés por un
lado a Inmanuel Kant, que no se bien quién fue, pero leí un par de libros,
decía que había una cosa innombrable, Otra, y que le dábamos sentido desde
nuestra humanidad.
Ahí la podés
flashear y pensar que se trata de la materia misma, y de la materia a la madre
hay un paso. La madre muerte, tierra que la entierra y dos por tres la recordás
para saber que está ahí, aún, esperando. Con el tiempo la empezás a querer y no
te escondés tanto. Tonto todo lo odiado. ¿Para qué? –te dice ella misma. Y ahí ponés
al amor de tu vida, si no lo podés descuarticar en tantos amores como cosas
puedas querer.
Ahí está el
closet, el noumeno de Kant, y cada quién le va a decir como quiera. Hacete materia
mamá. Hacerse mujer, terrícola es otra cosa, cosa de este mundo.
Hay monstruos debajo
de la cama, son inconcientes. Posta. Por los que te dicen que tenés que
apostar.
Yo me dormí, y no
aposté. Soñé que apostaba.
Ponele que nos
ponemos a hacer cosas con el lenguaje. Poné un poco de plata además, así va un
poco más allá la cuenta de esto que te cuento.
Se venden
historias que ayudan a vivir. Se ayuda a vivir, como se puede. La plata es
plata, la infinita mente separada. Plateada la bandera, que puede como siempre,
no significar nada, ser un trapo. O libro que cuenta… la historia que te
cuenta.
Poné, apostá,
pongo un sueño en pedazos antes de que se evapore. Lo hago plano, lo planeo, lo
contorsiono con las manos, busco las partes reales, las realizo.
Si podés hacer que la nada que quedó significada
tenga personalidad
si se personifican las partes de tu cuerpo, los órganos,
lo sabés desorganizados. Capaz que se pueden curar
las enfermedades
y las mentes.
O capaz que no,
y la conciencia es un órgano más sin mayor importancia.
(Y en cualquier lugar se construye siempre una
nueva
o una vieja.
Es de noche, a lo
lejos los lobos.
Aúllan todo lo
que digo. Se acercan.
Lloro agua de mar,
que me parió, y me paro. Me parto. Doy lo que puedo. (Lo que no puedo me lo
guardo, o incluso también, me adelanto a darlo.)
Pongo el freno. A
las palabras que ruedan y dejan de decir.
Digo. Nada.
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