3.1.19

...donde termina otra vuelta al Sol




dejame ser el diablo el trastocador el déspota de sus caprichos individuales, propios, ajenos a cualquier resto, dejame ser el inconciente de todo dolor en otra piel, otro cuerpo distinto, el que hasta disfruta de hacer daño y obstaculizar procesos, el mal nacido, el dueño de todo lo que no merece, el agraciado de una suerte inmunda, dejame ser núcleo de todas tus pesadillas, la tormenta que espera a tus sueños para despedazarlos, el bastardo que se metió en la configuración de los deleites más dulces para convertirlos en desperdicio y desespero, el destinatario de tus desdichas pasadas el ensamble de cualquier amargura que vayas a tener en el futuro,
la maldición en tus intentos de expresarte más hondos y necesarios,
no para actuar ni fingir ni dar libre curso a ninguna descarga carnal, explosión de hormonas o posesión de mil demonios,
para mí y para mi nombre dame todo tu odio, cortarme las alas arrancame los ojos desde atrás de las cuencas, escrachame, poneme a expensas de tus lobos salvajes, no los retengas, no me retengas, quemame como quemaron a tus bisabuelas en la hoguera, soy el que violó la inocencia que no te robó la vida, el que mató a tu papá y violó a tu mamá, el peor de los malvados para siempre jamás, el que te arrebató la identidad malogrando tus posibilidades concretas,
el que se alimenta de rapiña, el que te quiso esclava y aturdida,
llevalo al extremo sin piedad ni asustarte de vos misma, actuá con todo tu orgullo de mujer,
como les que reclaman lo justo bello y verdadero.
dejame abandoname tapame de mierda
dejame en el corazón del fuego y quedate a sentir el olor a carne quemada,
a forro chamuscado, sentí el ruido de mi voz rota en añicos por el grito único inhumano, llenate los ojos de humo negro cegate de satisfacción merecida, que valga arrancarme las tripas para restablecer tu confianza en la vida, que te quede la marca como seña y cartel de no volver a pasar en la piel en las manos en los labios boca lengua que habrán escupido mis cenizas esparcidas,
déjame atrás abajo en ninguna parte,
pero dejame
dejame apenas con la idea simple e imbécil de que voy a renacer varón en algún tiempo y espacio, lejos de vos para siempre jamás.