Pasa un día desangrando su sombra. Mis ojos lo acompañan preñados de lágrimas. El día no me miró. Simplemente pasó preocupado por ensombrecerse.
Me siento un extraño en mi propio mundo. Sé que las paredes resisten los ataques de los zombies, pero aún así... ¿cómo estar seguro de que no soy un zombie?
Antes me pasó que creía que entendía y no entendí.
¿No estará pasando lo mismo?
Seguramente es como soñar estar despierto, pero la sensación de querer en los sueños se alimenta del hambre insatisfecha en la contingencia de la vida cotidiana. (¿qué soñamos en los momentos de la vida en que somos felices? ¿... que hemos caído en la pobreza? ¿y si somos felices siendo pobres? ... ¿si morimos en un sueño nos morimos de verdad? ... ¿y si matamos un sueño?
¿y si matamos en un sueño?)
Que Dios exista es cuestión de suerte.
No hay pruebas. Las posibilidades son variables. Las pruebas remiten a infinitos criterios de credibilidad. Calculamos: si existe me conviene por esto y por esto otro, si no existe no me conviene, o me trae tantos otros problemas... ¿para qué voy a vivir amargado? si tengo suerte existirá...
El amor
es cuestión de suerte.
Una profetisa quiso venderme suerte en un frasco. Elixir del amor, me dijo. Sonó un tambor, el olfato se activó, la piel se electrificó... los ojos brillantes. Estaba en medio de un culto a una Diosa. Sabía que estaba a su merced, que las ofrendas eran a pura pérdida, en abismo (el de nuestra piel), que los tactos y contactos con Ella son inclasificables, que no se trata una transacción comercial ni de un pacto inalterable.
Desperté.
Antes me pasó que creí que entendía...
¿qué pasaría con todo lo sacrificado si el banco de la credibilidad de pronto se fundiese?
¿que pasaría con lo fundado?
¡Dios me libre!
¿y si se descubriese científicamente que el sufrimiento no tiene ningún sentido?
Tiré una moneda...
pasó un día
como zombie.
5 comentarios:
lado b:
una mujer delineada en las notas tomadas de una balada. me recuerda a alguien, a una tal... y esa tal también tiene el nombre de tal otra. comienzo a sospechar que todas son la misma. ¡pero no! si fuese así una y la otra me habrían tratado de la misma manera y sin embargo... y sin embargo nada, una se fue y a la otra la fuí yo.
no son la misma, (¿o para ser el mismo hay que "tratar" siempre igual? yo a veces trato, casi siempre, pero a veces dejo de tratar y me hundo en mí mismo a punto tal que no estoy con nadie más que mis recuerdos que se me mezclan con los de una y la otra), y si todas fueran la misma, al fin y al cabo, yo estaría durmiendo con mi mamá...
¿o con mi hermana?
.
no, no puede ser que todas sean la misma. (ni que tenga que tratarlas a todas por igual... ni que todas me tratarán igual de acuerdo al más y al menos de las posibilidades de encuentro/des.:)
no es justo ni viene justo a tiempo,
a veces pasa
a veces no.
revolotea, mezcla y separa, une y desune,
una sensación
una curiosidad
unas ganas que no se ganan ni se pierden: se comparten o se desperdician.
el amor no es un problema, ni un trabajo, ni una tarea, ni un exámen, ni un sacrificio, ni una muestra de todo lo que se muestra,
es cuando enfermamos de que todo parezca igual lo mismo
y lo diferente
lo cura.
.
Saltó de algún cercano espacio de mi cuerpo esto que sigue abajo, sepa disculpar la longitud o mejor apreciarla de- a - pedacitos:
LAS PRISIONERAS de Alejandro Jodorosky
(E y F, situadas frente a frente, parecen sostener una reja entrecruzando sus dedos.)
E : Estoy prisionera. Sàlveme señora!
F : No. La prisionera soy yo. Sàlveme por favor!
E: No juege conmigo. Estoy detràs de los barrotes.
F : Burla cruel. Estos barrotes estàn ante mì.
E y F : Libéreme!
E : Verduga!
F : Cancerbera!
E : Deme la libertad!
F : Una guardiana pidiendo la libertad a su prisionera!
(E se deja caer y llora)
E : Piedad!
F : No veo qué pretende. Desea quizàs que yo le implore de la misma manera que usted finge hacerlo? (se deja caer
igual que E). Ya ve, no tengo orgullo. Deme la libertad, por favor.
E (gritando): ¡¡¡La prisionera soy yo!!!
E y F (poniéndose de pie): ¡Libéreme!
(E avanza hacía F, que retrocede. Luego F avanza hacia E, que también retrocede. Ambos parecen fieras prestas a
combatir)
F : Si no fuera por estas rejas, te eliminaría.
E : Siniestra carcelera, mereces la muerte.
F : ¡Ah, si yo pudiera soltar mis manos de estos barrotes para estrangularte...
E : Tú sí puedes hacerlo, yo no. Mis manos están pegadas a ellos.
F : Mentira. Tú estás ahí por tu propia voluntad.
E : Eres tú la que está ahí para espiar mi agonía. Te odio.
F : Te odio.
(E y F hacen esfuerzos por despegar sus dedos.)
E : ¿No te das cuenta de que es terrible, estar siempre en la misma celda, en el mismo sitio?
F : Sí. me doy cuenta. Libérame para que otra vez pueda correr, viajar...
E y F : Dame la libertad. La prisionera soy yo.
(Siempre aferradas, se detienen y caen de rodillas agotadas. Lloran sordamente. Se miran.)
E : Tus lágrimas no parecen falsas.
F : Tu llanto tampoco.
E : Quizá tengas piedad de mí.
F : Quizá tú llores de verdad ante mi desgracia.
E : Hace siglos que estás ante mi reja.
F : Desde que estoy prisionera, nunca abandonaste tu sitio.
E : Siempre has estado ante mí.
F : Estás vieja y cansada.
E : Sufres.
F : Vete, tú ves que no me puedo escapar. Tú eres libre. Descansa.
E : Otra vez comienzas. No mientas. No desees quedarte.Aprovecha tu libertad.
E y F : Eres libre. Yo no. Aprovecha tu libertad.
(Pausa. E y F se observan con desconfianza y luego con amistad.)
E : ¿Te quedas?
F : Buena carcelera, comienzo a comprenderte...
E : Estás loca y permaneces...
F : Cuidándome y por bondad queriendo...
E : ... hacerme creer que yo soy la guardiana...
F : ... que yo no soy la prisionera. Estás loca.
E : Buena carcelera, comienzo a comprenderte.
(Pausa. En E y F se produce un gran alivio.)
F : Otra vez debe ser noche porque siento sueño.
E : Si, dormiremos
F : Tal vez mañana venga otra carcelera a suplantarte.
E : Tal vez mañana partirás, carcelera.
F : Tal vez mañana me liberará la nueva carcelera.
E : La nueva carcelera tal vez me dará la libertad.
E y F : ¡La nueva carcelera tal vez nos dará la libertad!
Los canallas no percibieron nuestros susurros, nuestras voces quebradas que permanecen vibrando en la tenue luz de la memoria de la piel...
mas, ni un sólo vocablo se ha perdido, cada sentido retiene su fulgor y su resonancia despejará la noche.
Debemos poner los espejos frente a frente, debemos encender las bocas y que sus gemidos y suspiros se troquen en flama, que crepiten ardientes alentando la lumbre de las utopías...
debemos poco a poco reactivar el magma profundo y resguardarlo en la entraña efervescente, pulsátil, hirviente, en lo que es imperioso, en lo que es dulce hedonismo... en lo que es tuyo y mío.
Cadaver Exquisito
Comienza el día
y una luz sentimental
nos envuelve, vuelve, se va
la fabulosa sinfonía universal
nos envuelve, vuelve, se va
tango, sexo, sexo y amor
tanto tango, tanto dolor
mi vida gira en contradicción,
jamás conquisté mi corazón
mas dónde estaba cuando pasó lo que pasó
hablándome al espejo solo?
Vengo de un barrio
tan mezquino y criminal,
quizá te queme, queme, quizá.
vengo de un barrio
siempre a punto de estallar,
quizá te queme, queme, quizá.
si de nada sirve vivir,
buscás algo por qué morir.
el tiempo me ha enseñado a mirar
a veces me ha enseñado a callar,
dónde estabas cuando pasó lo que pasó
hablándote al espejo sola?
es tanta la tristeza y es tan ruin
que celebro la experiencia feliz,
la estupidez del mundo
nunca pudo y nunca podrá
arrebatar la sensualidad.
Busco mi piedra filosofal
en los 7 locos,
en el mar,
en el cadáver exquisito,
en no tener piedad,
en la quinta esencia de la música
dentro mío en el amor
Y el...
odio tener que pensar,
preferiría tu sonrisa a toda la verdad
avanzo un paso,
retrocedo y vuelvo a preguntar
que algo cambie,
para no cambiar jamás
todo es imperfecto amor
... y odio
"Desamanecer un dìa. Por ejemplo, alcanzar la luna de un zarpazo, de un momento a otro. . . Por ejemplo, ser ausencia, un grito inaudible, no más que un recuerdo. . . Por ejemplo, ser libre de una buena vez por todas, y resolver algún que otro misterio al cruzar el umbral, sin tumba por hogar, ni epitafio alguno. . ., sin rituales, sin miedos, sin memoria. . . Irse sin dramas, así, sin la intención de querer volver siendo un fantasma, sin propiedad absoluta, es decir, ni con mis huesos. . ., sin el gusto de volver a dar la patada invisible. . . Irse sin rencor y sin pena irse, como se fue el deseo, la necesidad y las ganas. . ., en un mágico acto, transmutar, sin adelantarse a los acontecimientos. Y sí, cuando la vida lo decida, abandonarse, no estar para esta incertidumbre de mi carne, del eterno "para qué"; luego de haber coqueteado tanto con el fin del mundo, con el dolor propio y el ajeno, con las lágrimas, con Dios, con todo lo poco que tanto amé, y con todo lo mucho que hubiese matado con odio. . . No estar; cofronautear galaxias, novenos sentidos ortodoxos; desinflar todo inflado en esta vida; recuperar la soledad, el útero, el camino infinito, la psicodélica conexión al todo y el silencio. . . Haber desamanecido, desde un día y para siempre. . . Llevarme escondida bajo el ala del alma, solamente, una canción".
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