29.8.08

el loco

Se acercó desde el mismo centro del desierto -la ciudad de noche- en una calle de papeles flotantes, y me preguntó:

-oiga amigo... ¿puede ser que la finada me hable?

Chamullo porteño, pensé.



La finada: los finales relampagueando en los vidrios de los autos, las esquinas exhudando camellos, los camellos fumando gente, la gente perdiendo su espíritu con la ventizca...



¿Quién no tiene una finada en algún lugar?

¿Quién no escuchó alguna vez los gemidos detrás de la luna?



Los amores más fuertes son los que todavía no han sido. Los que fueron marchan a destiempo. Los que son siguen hambrientos...



La ciudad se hace porno. Se desnuda por quince o veinte pesos. (Los que la quieren perfumada pagan de 500 para arriba.) Abre sus costados chorreando su sangre, que es arena, que no llegó a hacerse sueño.

El hambre es un pibe de cinco o seis años.



Hay un costal de basura roto, chorreando desperdicios. Hay seis o siete ratas que entran y salen cada vez con menos cautela de su guarida, una casa abandonada. A dos o tres metros un hombre derrumbado, durmiendo. (Probablemente comió antes de ese costal y fue él quien lo rompió.)



La virgencita de la soledad cobra 30 pesos el pete. Y si le caés bien te dará besos de miel mientras escarba su propina en tus bolsillos delanteros.



¿Puede ser que la finada nos hable?

Hay un canto de sirena atravesando las calles por la noche. Si lo oyes, detrás de todos los sonidos, perderás la cabeza: un rayo atravesándote de sien a sien.



El sistema nervioso está conectado con el voltaje de las mareas. En la luna están las huellas de un millar de noches perdidas, que dejaron un surco inviolable,

que hacen más y más dificil

la satisfacción:

la sorpresa. / ¿el azar?







Supe inmediatamente que si le contestaba que sí le estaría dando una respueta tan falsa como si le decía que no. De seguro estaba actuando, haciéndo un par de pesos, como tantos mendigos a esas horas...

Pero lo supe al instante -un rayo-: esa pregunta era una pregunta de verdad

una de muchas respuestas

y ninguna.

14.8.08



¿puede ser que...

6.8.08

desproposición

y si aflojo la rúbrica de mis resistencias, si alcanzo el punto más cercano a lo que me esforcé por hacer lejano, si rechazo todos mis rechazos, si convierto mis certezas en acertijos, si dejo que la risa y el llanto se truequen en lluvia y canto, si imploro a los dioses del más acá para que envuelvan todo el más allá
en pequeñas
porciones desproporcionadas
que delimiten un quiebre,
si dejo que mis palabras c vuelvan babas descomunales que busquen otras babas...

si pido un deseo
que traiga envuelto olas de futuro y borre el pasado que llevo enrollado en el rostro
por debajo de los ojos.

si borro el laberinto de un plumazo
y dejo que se abra
otro
laberinto
más tortuoso y a su vez más liberador:
una línea recta.

la mañana barre el celofán desparramado que dejó la noche.
el sueño espolvoreado en el rostro de algunos caminantes delata una cierta culpabilidad ante los que están llendo a trabajar.
el sueño se quiebra en despertar o se hace gravedad.
pujante.
pesada.

aquí trazo un límite
que me separe de las espinas de cizaña que todavía llevo clavadas en la espalda.


y si ahora aquí arrojara los dados otra vez
de una vez...